A veces veo las entrevistas que hace Vicky Martín Berrocal en su podcast premiado con un Ondas vaya usted a saber por qué. Estos días he visto muchos fragmentos de lo suyo porque su invitada era Victoria de Marichalar. Recordando a Bernard Pivot también me ... acordaba de eso que decía de que había que hacer preguntas cortas, que cualquier respuesta, incluso decepcionante, es más importante que la pregunta. Hombre, si enfrente tienes a Nabokov, Yourcenar o Simenon puede ser.

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Lo bueno en el caso de Victoria o Victoria es que no se distinguen las preguntas de las respuestas. No arriendo la ganancia a Martín Berrocal porque no querría yo tener que preguntar nada a Victoria Marichalar. Es verdad que no quiero preguntar nada a nadie, ni a Meryl Streep que se me pusiera por delante. Como dice el clásico, vivo con el pánico, con el miedo constante de que se me acerque un reguetonero y me diga «ya tú sabes». Y que yo no sepa. Eso es la entrevista.

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