Los talibanes (los de verdad, los de Afganistán) han hecho una pira en Herat y han quemado todos los instrumentos musicales que han encontrado. No consta que haya Stradivarius y semejantes en el país. Han quemado guitarras, armonios, instrumentos de cuerda, un timbal parecido al ... bongo. Muchos de estos instrumentos habían sido incautados en bodas. El jefe del Ministerio para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio explicó el motivo: «La promoción de la música conduce a la corrupción moral y la reproducción de música corrompe a los jóvenes».

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Cómo no alegrarse de vivir en un sitio donde pueden sonar, no Victoria de los Ángeles o Alfredo Kraus, sino las Nancys Rubias. Mario Vaquerizo ha dejado claro a sus odiadores lo que le parece la Inquisición cuqui. ¿Quién eres tú para decir qué camiseta puedo ponerme y pedir que anulen un concierto? Me cago en tu puta madre. Son talibanes aficionados. Talibanes de corazón. De corazón podrido.

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