En uno de los puntos imposibles que también hizo Musetti a Alcaraz en Roland Garros, el murciano rio por lo que el otro había hecho. Pero no encontró la mirada del italiano. Al final del partido, dijo que sólo trata de jugar al tenis y ... disfrutar. «De sonreír, esa es la clave para mí. Sonreír, pasarlo bien, intentar hacer golpes imposibles, hacer que la gente disfrute».
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Y sí, disfrutamos del tenis total y de la sonrisa. Claro que también lo hacíamos de la mala leche de McEnroe. Pero la risa es mejor. Y no es verdad, como decía Bataille, que en la Biblia nadie ría. Lo hizo Sara, mujer de Abraham, cuando Dios le dijo que iba a tener un hijo a la vejez. En algunos desfiles de moda, los diseñadores ponen un cartel antes de que las modelos salgan a la pasarela con algunas órdenes. Una, «no sonreír». Mi madre no reía cuando estaba enferma, pero en cuanto su mirada se cruzaba con la mía sonriente, lo hacía. Hay que reír hasta cuando vas a morir.
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