La primera fila del acto fundacional de Sumar, sea lo que sea, partido u otra vaina, tenía por un lado a Ada Colau, que ahora se peina como Pepe Oneto, y por el otro, a Mónica García. O sea, a dos de las dirigentes que ... han dicho a Yolanda Díaz, elegida Coordinadora General, que juntas vale, pero revueltas, no. O como diría Fraga, ni tutelas ni tutías. Colau, además, se ha enseñoreado provocando el caos en el Ayuntamiento de Barcelona, no aprobándole los presupuestos al socialista Collboni, el último ejemplo de lo que manda Díaz en eso que ahora llaman «los territorios». En Valencia y Aragón (Compromís y la Chunta) prefieren participar en la construcción de Sumar no «desde dentro» sino desde fuera, como aliados. En su discurso, Yolanda Díaz dijo que hay que «cuidar, cuidar y cuidar». También dejó muy claro: «Nos da igual el carné que tenga el corrupto. Vamos a defender la corrupción.». Claro que es un lapsus. Pero ella también lo es.

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