Si la mitad de los científicos españoles sufren insultos o acoso por hacer divulgación en medios, imaginen las mujeres que sufren agresiones sexuales no tan claras como las de Gisèle Pelicot. A los científicos los insultan más cuando hablan de las vacunas, la covid o ... el medio ambiente. Ana Peleteiro pensó, al ver descrita una agresión sexual, que a ella eso también le había pasado, que no sabía que era delito (despertarse con su novio encima sin que ella hubiera consentido). Y está la denunciante de Íñigo Errejón, que contó que cuando le dijo que parara, paró. Antes había descrito un comportamiento repugnante.

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Puedes tener la tentación de dudar si esas chicas son tontas (una por seguir con el tiparraco irradiador, otra por no saber que eso es delito). Pero se ponen en la picota al contarlo. Da igual si es en TikTok. En tiempos tan odiosos, hay que ser muy valiente. Lo malo es que toda esa inquina pueda llevar a muchas a seguir calladitas.

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