Lo que me gustan dos mujeres peleándose. Kristle y Alexis en 'Dinastía', Nellie Oleson y Laura Ingalls en 'La casa de la pradera', Irene Montero y Yolanda Díaz en la casa de la izquierda. En su campaña electoral, Montero la Chica suelta mandobles a derecha ... y ultraderecha, al PSOE y a Sumar. A los suyos y a los otros. Vale, el PP y Vox, también. Ahí está la famosa y universal frase de Pío Cabanillas: «Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros».

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Dice Montero: «Hemos cambiado un Gobierno que hacía transformaciones y sacaba leyes por otro que solo da titulares». Me sale casi un ¡Virgencita!, prefiriendo los titulares que la ley de libertad sexual o la ley trans (o al menos las partes atolondradas de las mismas). Montero, en la entrevista de Miguel Ángel Alfonso, añora esa «mayoría progresista y plurinacional que (trabajaron) entre Esquerra, Bildu y Podemos». Lo mejor de cada casa. Pero, oye, Montero es Montero, Díaz nunca se ha sabido qué es.

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