Empieza Wimbledon y no tengo ningún interés por el torneo femenino. Me pasa como con el cine. El de antes sí, el de ahora, no sé. La última tenista que me ha interesado y obsesionado ha sido Justine Henin y de todos sus Grand Slams ... ni siquiera ganó Wimbledon. Conchita Martínez sí lo hizo en 1994 y ¡ante Navratilova!

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¿Se acuerdan de las lágrimas de Federer y Nadal cuando el suizo jugó el último partido de su carrera? Pues el reportaje y entrevista del domingo en The Washinton Post con Martina Navratilova y Chris Evert es, como devota de esa época, de ese tenis, de esas tenistas, para empezar a llorar y no parar desde su separación en dobles porque Chris no quería estar cerca de alguien con quien tendría que enfrentarse. Pese a esa legendaria rivalidad, han sido más cercanas que las hermanas March en 'Mujercitas'. Apoyándose en sus cánceres, en las muertes de seres queridos, en los ataques homófobos a Martina. ¿Pero quién es esa Swiatek?

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