Hay quien te llama abeja reina si llegas a algo (lo que sea) y no recuerdas enormes dificultades en el camino por ser mujer. Te tiran a la cabeza a Simone de Beauvoir, quien acuñó el término en su atalaya de mujer privilegiada desde la ... infancia. No sé cómo acabará lo del voto por correo. Tras la convocatoria veraniega hubo sombras de conspiración. Feijóo ha alentado a los carteros a trabajar por encima de sus jefes. Leo periódicos, leo declaraciones de representantes sindicales sobre los refuerzos que no llegan, veo fotografías de colas en las oficinas.

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Siempre voto por correo. Esta vez, también. Y ha sido igual. El martes recibí el aviso y el miércoles por la mañana me acerqué a la oficina. No estuve allí ni 15 minutos. Me llevé lectura y trabajo telefónico. El libro ni lo llegué a abrir. Pero será una ciudad grande y un barrio privilegiado. Seré también abeja reina en el voto por correo. Será «mi verdad». Como si fuera Rosa Benito.

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