Secciones
Servicios
Destacamos
Cómo es posible que en España, país que vive del turismo, se estén organizando manifestaciones masivas contra los turistas? Seguro que al ver en las noticias esas marchas que se están repitiendo cada vez en más ciudades, muchos de ustedes se han hecho alguna vez ... esta pregunta. Entre ellos, yo mismo, sobre todo tras comprobar cómo varios amigos extranjeros me han preguntado extrañados por este tema. Y es que estas manifestaciones están siendo muy seguidas en lugares como Reino Unido, Alemania o Francia. Y lo que están diciendo, básicamente, es que los españoles somos unos desagradecidos.
Este debate es mucho más profundo de lo que podría parecer. Por supuesto que necesitamos el turismo, que ya desde los años 60 es una de nuestras principales fuentes de ingresos, representando el 13% del PIB (190.000 millones de euros). Pero esto no significa que tengamos que cerrar los ojos ante los riesgos que un turismo masificado puede generar. Y eso es lo que están reivindicando quienes están saliendo a la calle, denunciando la falta de visión de nuestros políticos a la hora de poner freno a estos problemas.
¿Qué problemas? Por ejemplo, la cada vez mayor imposibilidad de vivir en determinadas ciudades. El auge de los pisos turísticos está expulsando a los residentes, porque está generando una burbuja inmobiliaria que hace que sea casi imposible comprar o alquilar una casa, con precios absolutamente desorbitados. Además, los cascos históricos se están convirtiendo en ruidosos y masificados parques temáticos, donde desaparecen los vecinos y todo se centra en dar satisfacción a las necesidades de los turistas. Esas zonas, como ya se está viendo, se van quedando sin comercio tradicional, colegios e institutos, centros de salud, centros de jubilados, asociaciones vecinales..., es decir, lo que da vida a los barrios. Y ojo, porque pueden acabar incluso hasta con los hoteles, que ven en este tipo de recurso vacacional una competencia cada vez mayor.
Se impone que los políticos piensen en cómo combinar la necesidad de seguir recibiendo turistas con ciertas medidas de control que impidan que el turismo mate a las ciudades. No creo que la solución pase por prohibir todos los pisos turísticos, como ha anunciado el Ayuntamiento de Barcelona, entre otras cosas porque esta medida será difícilmente aplicable. Pero sí se deben establecer cuotas, como hizo Venecia con los cruceros, y hay que vigilar que se cumplan, porque ahora mismo uno de los mayores problemas son los pisos turísticos ilegales.
Quizá piensen que este problema nos queda lejos y no afecta a nuestra región. Pero no caigan en ese error. Basta con ver el enorme incremento de pisos turísticos en Logroño en los últimos años (de unos 300 en 2018 a más de 800) y cómo el centro va perdiendo paulatinamente población. Tal vez convendría ir poniéndose la venda antes de que aparezca la herida.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.