La Rioja y el 'Un, dos tres'

¿Sabían que el programa no comenzó con buen pie en La Rioja? Corría el año 1972, justo al final de la primera temporada, conducida por el también inolvidable Kiko Ledgard. Al parecer, alguien hizo una broma sobre los habitantes de Logroño, presentándonos como catetos de pueblo. Aquello nos debió de sentar muy mal y el periodista Manuel de las Rivas decía en su columna de LA RIOJA que ya estábamos un poco cansados de ese centralismo de Madrid que consideraba que todos los de provincias éramos «del paleolítico inferior». «Su aire de aplastante superioridad –decía de los esnobs de la capital–, su gesto despreciativo, su sonrisa de conmiseración se suelen aliar con un analfabetismo recalcitrante y una mediocridad de embudo». Pero la afrenta parece que fue algo pasajera, porque un tiempo después, Radio Rioja invitó a venir a Logroño a una de las azafatas más famosas del programa, Victoria Abril, y el recibimiento fue apoteósico.

Ya en los 80, con Mayra como presentadora, volvieron a mencionarnos. ¿Se acuerdan de las hermanas Tacañonas? Una de ellas, cuando un concursante fallaba alguna pregunta, hacía una rima en tono jocoso para explicar el error. Y, claro, la rima con Logroño parecía muy evidente, pero a la vez algo malsonante. Así que su intervención empezó con un lacónico «Por haber dicho Logroño…», dejando la frase en el aire. Cuando todo el mundo esperaba ya el cierre más lógico, concluyó: «Por haber dicho Logroño… habéis perdido, y ya está». Era la primera vez que daba una respuesta sin rimar y el público estalló en carcajadas.

En las diez temporadas que el programa estuvo en emisión, apenas hubo más referencias a nuestra comunidad, más allá de alguna mención al vino, a Gonzalo de Berceo y a las fiestas de San Mateo. En total hubo seis parejas de novios, matrimonios o amigos «residentes en Logroño» que participaron como concursantes. Algunas de ellas llegaron hasta la 'subasta', esa parte del programa en la que iban descartando premios en busca del ansiado apartamento en Torrevieja (Alicante).

Con todo, la mayor representación riojana en este espacio vino de la mano de nuestro paisano Pepe Viyuela, que en 1993 se incorporó al elenco de humoristas interpretando a un inventor bastante torpe cuyos artilugios nunca funcionaban. No fue su primera aparición televisiva, pero sí la que le catapultó a la fama. En la memoria queda aquel mítico número, que aún sigue representando en alguna ocasión, en el que se hacía un lío con una silla plegable y quedaba atrapado en ella.

En fin, querida Mayra, hasta aquí puedo leer. Que la tierra te sea leve y muchas gracias por habernos contagiado tu alegría durante tantos años.