Secciones
Servicios
Destacamos
El barrio logroñés de Varea ha sido noticia porque la Policía ha desmantelado un supermercado de droga con varias narcosalas. Desgraciadamente, no es algo nuevo. Llevamos ya unos años en los que se repiten cada cierto tiempo operaciones de este estilo.
Leo estas noticias con ... pena, porque guardo especial cariño a Varea. Allí vivían mis abuelos y también allí uno de mis tíos tenía una bodega de champiñón en la que pasé mucho tiempo en mi infancia. Recuerdo los baños que nos dábamos en el Iregua, los cangrejos que cogíamos en las acequias, los largos paseos andando o en bici por las huertas a la orilla del río… Y también las ruinas romanas, que cuando era niño me producían fascinación.
Había entonces algún solar con las excavaciones al aire. Las recorríamos imaginándonos cómo serían esas antiguas calles y casas en las que vivieron nuestros antepasados. De cuando en cuando se hacía alguna campaña arqueológica y se anunciaba que se habían encontrado monedas, algún objeto de cerámica, joyas o medallas. Y el premio gordo eran los mosaicos, como el que hoy languidece debajo del colegio público. Los niños, tratando de emular a nuestro admirado Indiana Jones, rebuscábamos con ahínco en la tierra para ver si teníamos suerte y hallábamos algún preciado tesoro.
Hablar de Varea debería provocarnos a todos los logroñeses y riojanos que se nos cayera la cara de vergüenza. Vergüenza por la desidia que hemos acumulado a lo largo de los años en la protección de este yacimiento, que tenemos absolutamente olvidado. Un yacimiento de primer nivel (no lo digo yo, lo dicen los historiadores), porque la entonces Vareia, fundada en el siglo I antes de Cristo, fue un centro neurálgico para el comercio romano, con un importante puerto fluvial y calzadas que la conectaban con las principales ciudades de la península.
Las administraciones nunca han prestado la atención que se merece a este lugar. Y, durante décadas, muchos constructores y particulares, al hacer obras, tapaban rápidamente con cemento los restos romanos que encontraban para que no se las pararan. Como se suele decir, entre todos la mataron y ella sola se murió. La conclusión es que, a día de hoy, casi dos tercios de la antigua ciudad han desaparecido o se encuentran ocultos bajo las edificaciones actuales.
Pero aún queda mucho por descubrir en Varea, entre otras cosas las principales construcciones civiles y religiosas, como foro, anfiteatro, templos, termas... El trazado de la ciudad sigue también ahí, con la delimitación de sus calles, las canalizaciones de agua y el basamento de las casas. Y, a buen seguro, permanecen aún ocultas numerosas piezas de incalculable valor histórico y artístico. ¿Por qué seguimos sin hacer nada? Quizá lo más triste es que si Varea estuviera en el País Vasco o Navarra sería un fabuloso parque arqueológico, con su museo y sus visitas guiadas, y hasta allí iríamos los riojanos en masa a visitarlo. En definitiva, a admirar lo que nosotros hemos menospreciado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.