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Ilustración: Mattin
El mal social de la propaganda

El mal social de la propaganda

El foco ·

La desinformación corroe la confianza ciudadana y a la vez impone supersticiones absurdas. Su expansión es tan veloz como eficaz y pretende sustituir el mundo real por uno ficticio que permita la manipulación colectiva

Roberto R. Aramayo

Profesor de Investigación en el Instituto de Filosofía del CSIC e historiador de las ideas morales y políticas

Domingo, 22 de diciembre 2024, 01:26

Las células cancerígenas tienen el espíritu despiadadamente competitivo del neoultraliberalismo economicista. Devoran a las demás para crecer ellas con ansias de una inmortalidad individualizada. Engordan matando. Eso mismo hacen los bulos y patrañas de la tóxica propaganda desinformativa que pretende sepultar las evidencias y los ... hechos con mentiras muy sensacionalistas e impactantes. La desinformación es un cáncer social que corroe nuestra confianza ciudadana y al mismo tiempo impone supersticiones absurdas como dogmáticos e indiscutibles credos religiosos. ¿Cuál es la terapia que se precisa para evitar el óbito del sistema democrático? Toca desmentir los embates de una dañina propaganda cuya expansión es tan veloz como eficaz y pretende sustituir el mundo real por uno ficticio que permita una manipulación colectiva con sus añagazas.

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