La retórica y la necesidad

Julio 2022: «IU y Podemos concurrirán juntos en las elecciones riojanas». Enero 2023: «IU arranca sin Podemos en La Rioja y la idea de integrarse en Sumar». Febrero 2023: «Podemos reafirma su pacto con IU a la espera del plácet nacional». Tres titulares, mismo asunto, ... protagonistas idénticos, resultado incierto. El proceso de alianza (o no) de las fuerzas a la izquierda del PSOE en la comunidad es tan alambicado, contradictorio y preñado de idas y vueltas que sería un sindiós tratar de entenderlo si no fuera porque se replica cada vez que asoman las urnas. Hace cuatro años la secuencia fue casi idéntica, aunque con intensidad inversa. Del IU ve ya «inviable» a confluir con Podemos a puertas de las autonómicas y se presentará en solitario (enero 2019) a la confirmación de que concurrirían juntos a los comicios en La Rioja y Logroño (febrero 2019). Y siempre, con el mismo relato de puertas abiertas a asociaciones, colectivos, plataformas y movimientos sociales en los que casi siempre se repiten los mismos rostros. La mayor diferencia entre entonces y ahora es el peso de cada uno de los factores. Hace cuatro años Podemos aún exhibía cierto músculo a la estela de la marca nacional, mientras hoy es IU –en una parte gracias al liderazgo de Henar Moreno, y en otra, por la devaluación que Raquel Romero y su corte han infligido a los morados– quien marca el paso en una virtual papeleta conjunta. El recelo mutuo que ambas partes se han tenido históricamente también en La Rioja solo queda minimizado aquí por la sintonía (por ahora) entre ambas direcciones regionales. O lo que es igual, una relación personal más allá de lo ideológico que anuncia más titulares retóricos de ahora sí, mañana no y luego lo que diga Madrid con una sola certeza: confluir no es posibilidad, sino una obligación si el limitado espacio a la izquierda del PSOE aspira a afianzarse como un actor de verdad relevante en la política riojana.