La decisión de la Plataforma para la Defensa del Transporte de ir de nuevo a la huelga a partir de este lunes reaviva una conflictividad que estalló hace más de medio año, recién lanzada la ofensiva rusa contra Ucrania, y que ahora, con la guerra ... enquistada y en medio de una severa espiral inflacionista, amenaza con añadir un nuevo problema a un contexto de por sí muy complicado. Los profesionales liderados por Manuel Hernández, que aupó sobre su popularidad a la organización que comanda –opuesta a otras del sector–, justifica su drástica medida en el incumplimiento del acuerdo de marzo para que los transportistas no trabajen a pérdidas. Su versión de lo que ocurre dista tanto de la del Gobierno que no es sencillo determinar razones y, mucho menos, alcanzar un posible entendimiento que evite el choque de aquí al lunes. La huelga constituye un derecho de los trabajadores al que estos pueden acogerse ante situaciones que crean injustas. Pero ni se trata de una prerrogativa ilimitada ni exonera a sus convocantes de hacerse conscientes del perjuicio colectivo que pueden causar. Especialmente por el deterioro de una coyuntura económica que estrecha sus márgenes y que sufrirá si se consuma un bloqueo en los suministros.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad