Responsabilidad y algo más

El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso, apeló ayer «a la responsabilidad individual» para evitar la expansión del COVID-19. Un llamamiento razonable de la primera autoridad municipal de la capital riojana que se verá reforzado en las próximas horas con un bando «para concienciar a ... la ciudadanía» y una campaña publicitaria para instar a los menores a no consumir alcohol, según avanzó el portavoz consistorial, Kilian Cruz. Todo ello entra dentro de la lógica más racional en vísperas de las fechas en las que la ciudad habría de celebrar sus fiestas de San Mateo, suspendidas como todas las de la geografía regional a causa de la pandemia. No obstante, no habría resultado objetable, sino todo lo contrario, una acción más categórica del Gobierno municipal, en el marco de sus competencias, que no hiciese descansar únicamente en la buena voluntad ciudadana la reacción a una coyuntura, la suspensión de las fiestas, de la que se conocen antecedentes, como los de Alfaro, de gravedad. No se trata de desconfiar del libre albedrío de la gran mayoría de los logroñeses sino de prevenir los daños que puede provocar la irresponsabilidad de una minoría que necesita algo más que un bando para entender su responsabilidad.