Estos del campo no son el campo

Cierto, claro: solo Asaja convocó a los tractores a Logroño. Pero es verdad también que esa organización es la mayoritaria del sector y que, visto lo visto, no hubo gran diferencia entre la tractorada conjunta de hace un año y la exclusiva de Asaja de esta semana. Probablemente ésta fuera más grande.

El problema del diagnóstico de Andreu es que se queda un paso corto; le faltó reconocer que aunque el quién es importante, en realidad lo más importante es el qué.

En esto me recordó poderosamente a Isabel Díaz Ayuso cuando le salieron los sanitarios a la calle en Madrid. Que no eran los sanitarios, decía, sino una cosa política dirigida contra ella.

Qué cosa linda, en fin, son las manifestaciones cuando le tocan a otro. Porque cuando vienen los tractores a pasar por la puerta del Palacete a cien días de unas elecciones ya no son tan agradables, aunque la realidad de detrás sea la misma. Y ésa es la que es: que la queja del agro es prácticamente unánime, aunque haya quien prefiera sacar los tractores y quien los deje en el pabellón. Y aunque haya quien defienda otra estrategia, u otro destinatario. Por ejemplo, llevar la protesta también a las puertas del Consejo Regulador del Rioja, órgano en el que la propia Asaja forma parte de la mayoría que gobierna los destinos del sector.

Pero ésas son derivadas, porque lo importante es lo otro. A saber, que miles de agricultores montados en cientos de tractores tomaron la capital porque las cosas no van bien, y algo hay que hacer para que cambien. Sobre todo porque entre la anterior tractorada y la de este jueves han cambiado pocas cosas. De hecho, en algunos sectores, como el del vino, todo se ha puesto sensiblemente peor. Muchos agricultores (y no creo que todos fueran del PP) protestaban justo en un momento en que hay que tomar soluciones entre todos que convengan a todos y que pongan una base nueva en un mercado que se nos ha ido de las manos. Y urge.

Ser médico ahora mismo en España tiene una cosa buena y otra mala. La mala es que ahora mismo el sistema es bastante disfuncional, sobre todo por la falta de esos mismos profesionales. La buena, que un médico sin las raíces demasiado firmes tiene la oportunidad de convertirse en algo así como un futbolista, eligiendo destino en función de la pasta y las condiciones. Nos acaba de pasar de nuevo con nuestros vecinos del norte. Las economías forales, siempre haciendo buen uso de la ventaja económica que le concede este injusto sistema que tenemos, suben y mejoran las condiciones de sus médicos, echando de paso el anzuelo a los de las comunidades limítrofes. Nosotros, verbigracia.

Claman los colegios profesionales por que haya un mínimo de cordura entre administraciones y se pacten unas condiciones comunes que eviten el mercadeo. Porque esto no es, definitivamente, fútbol: me da igual quién sea el lateral izquierdo de mi equipo, pero definitivamente me gustaría tener una cierta esperanza de que voy a conocer la cara del especialista que trata a mi hijo cuando, dentro de seis meses, me toque volver a verle.

Se cumplen tres años del primer caso de covid diagnosticado en La Rioja. Javier Campos y Carmen Nevot rescatan las historias de seis personas de las que fuimos informando durante estos años. Son las caras de quienes pudieron contarlo, pero no son las mismas caras que ocuparon portadas durante esta pandemia. Algo ha cambiado en todas ellas. Algunos han vuelto a una vida normal, otros sin embargo saben que nunca será lo mismo. Tienen más suerte que los cientos que se quedaron por el camino, y quizá sea un consuelo para los que de ellos están peor. Para los demás, el aviso de que este horror dejó heridas, y no todas visibles.