Borrar

Yo siempre he tenido una potente intuición para detectar estados de ánimo colectivos. Observo las atmósferas y huelo en el aire lo que arrojará la campaña electoral, y me bastan diez segundos en un bar para saber si hay que quedarse o hay que largarse. ... No acierto siempre, pero ya me pasaba aquellas tardes en el colegio cuando a veces notaba esa energía animal antes de que entrase por la puerta el profesor de inglés y vaticinaba para mis adentros cómo iba a transcurrir la clase, que acababa sin remedio con bolas de papel volando por los aires, vocerío, escándalo de pupitres golpeados contra el suelo y cuatro o cinco expulsados al pasillo. Una vez que se produce ese milagro y se abre la rendija por la que se pueden ver los destellos del futuro es inútil hacer nada, como cuando el Bernabéu se conjura y se condensa esa electricidad inexplicable y todo el mundo sabe lo que viene: un río al que hay que lanzarse para que te arrastre y en el delirio disfrutar de la remontada.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Rendija