Esta reformilla laboral

Lo que socialistas y comunistas venían pidiendo a gritos, que era la derogación de la reforma laboral de Fátima Báñez del 2012, se ha quedado en una 'reformilla' gracias a nuestro tutor, la Unión Europea, que les dijo algo así como, '»la reforma laboral del 2012 es buena, muy buena. Gracias a ella se han podido salvar y crear puestos de trabajo. Si políticamente tenéis que hacer algo, de cara a la galería, que sea un pequeño maquillaje si queréis recibir los 12.000 millones de euros prometidos». Y así se hizo. El Gobierno, CCOO, UGT, CEOE y CEPYME han acordado y ratificado, con polémica incluida, en el Congreso de los Diputados la 'reformilla' laboral en las siguientes claves: 1) Nuevo modelo de ERTE, ampliando su efectividad. 2) Se potencia el contrato indefinido y se limita el temporal a causas muy concretas. 3) La negociación colectiva y el convenio sectorial prevalecerá sobre el de empresa en materia salarial. 4) Prórroga automática del convenio en caso de que no haya acuerdo cuando venza su vigencia.

Esta 'reformilla' ha sido una puesta en escena teatral. Garamendi, una vez más, ha traicionado a los que representa. Sobre todo a las pequeñas y medianas empresas y autónomos. A esos emprendedores que día a día arriesgan sus activos para sacar un pequeño proyecto adelante. Se les ha dado todo el poder a los sindicatos, verdaderos triunfadores del pacto, porque se convierten en los dueños absolutos de las negociaciones. Imponiendo los convenios sectoriales sobre las pequeñas y medianas empresas y microempresas en material salarial. Los pequeños no pueden, la mayoría de las veces, dar a sus empleados las mismas retribuciones que los grandes. Y, para finalizar, la protagonista de la obra teatral es Yolanda Díaz. Una gran campaña de márketing de su imagen como política de izquierdas y de consenso. Solo para lo que le interesa. Con las movilizaciones de estos días de agricultores, ganaderos, pescadores y camioneros ya vemos de qué lado están los políticos social-comunistas, los sindicatos, e incluso algunas patronales. El único apoyo ha sido el insulto.

En resumen, tanto la reforma laboral del 2012, como la actual son de las menos flexibles del mundo y eso trae como consecuencia la poca fluidez y vitalidad que le podemos dar a la creación de empleo. Como siempre, hemos perdido otra oportunidad de impulsar de una vez por todas nuestro mercado laboral.