El Estatuto de Autonomía de La Rioja ingresó ayer en el Congreso de los Diputados para iniciar el trámite que cerrará la que será su segunda reforma desde que fue aprobado por las Cortes españolas hace casi 40 años. El trámite llega dos años después ... de que en el Parlamento de La Rioja concluyese un larguísimo proceso de diálogo entre las distintas fuerzas. Tan largo como imprescindible para hallar una zona de entendimiento donde todas las fuerzas pudiesen habitar con cierta comodidad. Un espacio común que recogiese el espíritu del 82, el espíritu del consenso que concibió, primero, a La Rioja como una más de las piezas del naciente estado autonómico. Y que alumbró, después, su norma fundamental, el Estatuto, solo a la sombra de la Constitución. La reforma del Estatuto que ayer estrenó itinerario en el Congreso es una puesta al día de la herramienta con la que La Rioja debe construir su futuro; es una ampliación del catálogo de derechos de los riojanos y es el nuevo orden que regirá, también, el comportamiento de los representantes políticos. Un menú que, con la inevitable excepción de Vox, fue ayer unánimemente atendido en el Congreso.

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