El presidente de ERC, Oriol Junqueras, publicó ayer un artículo en el que se hace portavoz de las conclusiones a las que habría llegado su partido después de «una reflexión profunda» en la que trata de poner en valor ante el resto del independentismo las dos iniciativas que comprometen al Gobierno de Pedro Sánchez: los indultos y la mesa de diálogo con la Generalitat. El escrito enmienda muy tímidamente la estrategia republicana al reconocer que la respuesta del secesionismo «no fue entendida como plenamente legítima por una parte de la sociedad catalana» y apostar por un «referéndum acordado» porque otras vías «no son viables ni deseables». No obstante, se reafirma en la independencia y la amnistía como «prioridad» para los autoexiliados, los presos y las 3.000 personas afectadas por causas judiciales, aunque admite que «necesitamos ser más; una mayoría incontestable, plural y transversal» y señala que «gestos» como los indultos «pueden aligerar el conflicto».

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El escrito de Junqueras no rompe expresamente con la unilateralidad y, sobre todo, no detalla los «errores» que achaca al independentismo. Entre ellos es necesario recordar precisamente la obstinación de los dirigentes de ERC hasta forzar que el Parlamento de Cataluña declarase unilateralmente la gestación de una república propia el 27 de octubre de 2017. El texto del condenado por sedición y malversación de fondos no se aproxima al arrepentimiento ni asegura que la acción política de su partido se ceñirá en adelante a la legalidad constitucional y estatutaria. No obstante, es probable que el Gobierno lo entienda como un testimonio suficiente para avalar su decisión de conceder indultos necesariamente parciales a los líderes del 'procés', empezando por el propio líder de Esquerra.

La concepción de la mesa de diálogo como un foro en el que negociar los términos que hagan realidad la amnistía y la autodeterminación pone en cuestión su pertinencia para la resolución de los problemas que atraviesan los catalanes desde el reconocimiento de su pluralidad. La «mayoría» a la que se refiere Junqueras no es otra que la independentista, con lo que tampoco entiende que pueda existir una agenda distinta para Cataluña que la de la secesión, aunque sea pausada. Las críticas de la CUP, las apostillas de Junts y las puntualizaciones de otros miembros de ERC volvieron a demostrar ayer que Junqueras y Aragonès continúan presos de los otros independentistas.

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