A finales del pasado año se cumplía el 240 aniversario del comienzo del levantamiento anticolonial conocido como 'Rebelión de Tupac Amaru II', a partir del cual se iniciaba la independencia en toda América española, con la consiguiente formación de los actuales países hispanoamericanos.
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El Archivo ... General de Indias (AGI) conserva los documentos con las causas originales contra los principales cabecillas: el propio Tupac Amaru II y su mujer, Micaela Bastidas, que también participó en la rebelión como asesora.
La documentación incorpora muchas cartas, bandos y testimonios aportados como elementos probatorios en la revuelta e incorporados al sumario procesal, entre los cuales el AGI destaca dos muy singulares, como enseguida comprobaremos.
Pero antes nos referiremos a los antecedentes de la rebelión. El 4 de noviembre de 1780 el cacique José Gabriel Condorcanqui Noguera, mestizo, descendiente del último Inca, Tupac Amaru (s. XVI), ordena el apresamiento y ejecución del corregidor de la provincia de Tinta (Cuzco), Antonio de Arriaga. Este incidente fue el causante de una sublevación que vino precedida por el malestar social generado a causa del aumento de la presión fiscal que derivó en un movimiento independentista.
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El levantamiento progresó por la provincia de Cuzco y el sur del Perú, y en una segunda fase por la región de Charcas (Bolivia), que entonces formaba parte del Virreinato de Río de la Plata. La mayoría de los sublevados fueron indígenas y mestizos, y a ellos se sumarían criollos, esclavos y libertos.
Tupac Amaru era un cacique indígena de varios territorios dependientes de Tinta y actuaba de intermediario entre los indígenas y las autoridades españolas; pertenecía a la nobleza incaica, había recibido buena formación cultural y hablaba tres idiomas: español, quechua y latín; poseía una explotación de mulas para el transporte de mercancías.
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Tras la sublevación se hizo llamar José Gabriel Tupac Amaru Inga (Inca), nombre con el que firma cartas, bandos y otros documentos. Entre ellos está nuestro primer documento, que es una carta fechada en Tungasuca, el 22 de noviembre de 1780, unas semanas después del alzamiento. Va dirigida a Antonio y Gabriel Ugarte, a quienes trata familiarmente de primos, para pedirles apoyo en la rebelión. Insta a los caciques de otras poblaciones y a sus familiares a levantarse y apresar a los corregidores de su territorio. Hace referencia igualmente a los apoyos recibidos: «Sesenta mil indios y seis mil soldados españoles a mi disposición».
Aquí aparece la primera curiosidad, la carta fue escrita en tela, posiblemente porque no disponía de papel a causa de su elevado coste. Desde época preincaica, Perú fue un buen productor de tejidos de calidad y la tela era más asequible y abundante; a falta de papel, Tupac Amaru decidió escribir en tela.
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El segundo documento que aparece en la causa contra Tupac Amaru no solo está escrito en un pequeño trozo de tela, sino que la tinta que usa es su propia sangre.
Tupac Amaru fue capturado el 6 de abril de 1781 y encarcelado en Cuzco. El 27 de abril José Gabriel consigue un pequeño trozo de tafetán, de unos 15x11 cm de tamaño, posiblemente procedente de algún ropaje que hubiera en su celda, y escribe sobre él con la única sustancia que consigue encontrar, la sangre de alguna herida.
¿Y cuál era el mensaje escrito? Por desgracia no lo sabemos. La sangre se ha ido diluyendo a lo largo del tiempo. Pero se sabe lo ocurrido con aquel trozo de tela: los vigilantes del detenido cuentan que: «Habiendo estado de centinela, a las doce del día, Francisco Guevara, a la puerta del calabozo de José Gabriel Tupaamaro, lo llamó éste dándole el pedacito de tafetán escrito con sangre (...) y que le había hablado varias palabras en solicitud de que le diese una lima para poderse quitar los grillos...». Los soldados lo denuncian a sus superiores, entregándoles la carta, que pasa a ser una prueba más en su contra.
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Las causas criminales incoadas ante Benito de la Mata Linares, oidor de la Audiencia de Lima, contra los reos de la sublevación fueron remitidas a la Secretaría de Estado y del Despacho de Indias; en 1783 era Secretario José de Gálvez y se conservan hoy en los legajos Cuzco, 32 y 33.
Esta carta, precisamente, según los documentos que custodia el AGI, está fechada en Lima a 16 de marzo de 1783, justo un día después de ser apresado el líder del levantamiento, lo que supuso el final de la rebelión. Fueron ejecutados el 18 de mayo 1781.
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