Razones de peso

La cámara de Solanas, a pie de calle, se instala entre la muchedumbre, como una manifestante más, captando la puesta en escena de las manifestaciones, con sus pancartas, eslóganes y cánticos. Clamores pidiendo la necesidad urgente de una ley que evitaría el destrozo de muchas chicas sin recursos que optan por interrumpir el embarazo acudiendo a clínicas clandestinas, a curanderas que emplean métodos primitivos o decantarse por soluciones improvisadas sin ninguna garantía de higiene. Según los números, más de 3.030 mujeres fallecieron por un aborto furtivo. Para taponar esta terrible hemorragia son varias las voces que prestan su reflexión y construir su alegato. El discurso se hace doloroso.

La película está estructurada en una serie de epígrafes, con su título correspondiente, que recoge opiniones de un conglomerado de personalidades que van desde historiadoras del feminismo, diputados, médicos, militantes feministas, escritoras (Claudia Piñeiro), senadores, sacerdotes, tocoginecólogas y representantes del colectivo Pro Vida. Cada uno expone sus criterios, ahondando en la emergencia, pero donde el docudrama alcanza su potencia extrema es cuando escuchamos los desgarradores testimonios de algunas muchachas que lograron sobrevivir de experiencias infames. Sus alocuciones tiñen de estupor el documental. Su relato de las dramáticas vicisitudes es escalofriante y las denuncias por abusos sexuales en ámbito familiares sobrecoge. Por cierto, la ley se aprobó en diciembre del año pasado.