Radio Clásica o Diazepam

Envidio sin matices a todo melómano, así sea de música sinfónica como de jazz. Mas conservo la esperanza y la pandemia me ha regalado la penúltima oportunidad. Radioadicto en ejercicio como es uno, sintonizar hoy es hacerse un De Niro en El cazador. Una ruleta rusa en la que la bala es un epidemiólogo de guardia. O un político. El dial está infectado, como la calle. En mi huida de la peste he tropezado con Radio Clásica, de la radio pública, que lo mismo me aísla del virus que del esperpento que se jugó ayer en el Congreso. Mucho mejor Sinfonía de la mañana que el Diazepam. Y que Abascal. Dónde va a parar.