Sí, quiero dejar de escribir. De escribir con tanta frecuencia y sobre todo en un día como el 8M sobre:

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– Mujeres asesinadas en crímenes machistas.

– Mujeres víctimas de violencia física, pero también psicológica.

– Violaciones, mutilaciones genitales, embarazos forzosos, esterilizaciones forzosas.

– Acoso ... sexual.

– Violencia basada en la orientación sexual o en la identidad sexogenérica.

– Explotación sexual. Trata de mujeres y niñas.

– Silencios cómplices.

– Equidistancias.

– Equidad.

– Desigualdad.

– Techo de cristal.

– Suelos pegajosos que adhieren a las mujeres a sus casas y les impiden desarrollar todo su potencial personal y laboral.

– Brecha salarial.

– Precariedad laboral centrada en las mujeres.

– Igualdad de oportunidades.

– Heteropatriarcado.

– Conciliación.

– Dinámicas que consolidan tendencias.

– Hombres que 'ayudan' en casa. Corresponsabilidad.

– Economía de cuidados, de hijos, de personas mayores, de personas vulnerables.

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– Educación de futuras generaciones frente al 'desaprendizaje' de las actuales.

– Empleos feminizados.

– Acceso a funciones de alta responsabilidad en las empresas.

– Aporte del valor femenino a cualquier sector por su elevada capacitación formativa.

– Estereotipos de género.

– Garantía efectiva del derecho de asilo para las mujeres que son perseguidas por motivos de género.

Quiero dejar de escribir de todo ello pero porque todo ello haya dejado de ser noticia.

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Hasta entonces, 'I call it igualdad'.

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