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Tras un año de guerra, escuchar a Putin produce escalofríos. Cuanto más lejano se ve el final más fosas vemos abrirse y más crecen la muerte, el dolor y la miseria moral. Invadir un país hermanado con tu historia, masacrar a su población, destruir sus ... ciudades y destrozar su futuro es levantar un monumento al horror. En su propaganda Putin tiene aliados incautos que creen que la paz llegará con solo invocarla y defensores activos que se identifican con sus postulados políticos y morales. Decir que Putin es un tirano con vocación de déspota, un autócrata que administra el poder desde la impunidad y que se cree una especie de dios enfurecido por el trueno es decir poco de él. Su lugar en la historia estará en el panteón de los dictadores más odiados que renacen cíclicamente. Dicen que Putin añora la Rusia de los zares pero sus comportamientos totalitarios lo desmienten. Su perfil y trayectoria lo sitúan junto al despiadado Stalin.

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larioja Putin y Sodoma