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Siempre hay actitudes personales que te reconcilian con en el género humano, son generalmente historias que protagonizan personas anónimas que hacen de la coherencia entre lo que dicen y lo que hacen su bandera, aun a riesgo de su libertad. Es el caso de Alexéi ... Gorinov, un concejal de un barrio moscovita. Su heroica y testimonial historia comienza cuando en marzo, en un pleno municipal, se atrevió a llamar «guerra» a lo que Putin y su corte denominaron «operación militar especial» y criticó la muerte de niños en los bombardeos de Ucrania. Fue condenado a siete años de cárcel y tras su apelación el tribunal, con la misma arbitrariedad que lo condenó, ha tenido la generosidad de rebajarle un mes la sentencia. Menudo alivio para tan excesiva condena. Un país en el que los delitos de opinión son castigados con una pena mayor que la que merece un asesinato, es un país enfermo de autocracia.

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larioja Putin y la gloria