A punto de perder el verano

La discusión jurídica, política y partidaria sobre la sentencia del Tribunal Constitucional, que ha anulado la aplicación del confinamiento bajo la figura del estado de alarma al comienzo de la pandemia, corre el riesgo de desorientar a las instituciones y a los grupos parlamentarios, y ... de confundir a los ciudadanos. Hoy lo urgente y lo importante es atajar la quinta ola del COVID. Ni el Gobierno central ni los de las comunidades autónomas pueden perder tiempo en discusiones que consuman ideas y energías precisas para acabar con el coronavirus. Tampoco las instancias jurisdiccionales están en condiciones de resolver sobre iniciativas de 'toques de queda' u otras tan en frío como sería de desear. La relajación general, especialmente acusada en el caso de los jóvenes, y el imponderable de la variante Delta están a punto de consumir gran parte de las oportunidades de recuperación que se acariciaban para julio, comprometiendo muy seriamente las expectativas de agosto. La sociedad no puede pasar por alto los fallecimientos, los ingresos hospitalarios y la presión sobre la Atención Primaria. Aunque diste mucho de la soportada en las cuatro olas anteriores, la actual está afectando a los más jóvenes en la misma proporción en que se disparan los contagios entre ellos. Jóvenes que ven cómo se desvanece el mito de su invulnerabilidad y que en un preocupante número de casos pueden acabar a merced de la covid persistente.