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Al acelerar el final de las compras de deuda, el BCE expresa su inquietud ante la espiral inflacionista por la guerra en Ucrania, que agudiza la desatada hace meses con el brusco encarecimiento de la energía, ahora ya en niveles estratosféricos. No obstante, ha optado ... por la cautela al aparcar de momento una subida de los tipos de interés para proteger así un crecimiento económico que se verá inexorablemente penalizado por la invasión rusa. El conflicto constituye «un punto de inflexión» para Europa, como bien explicó Christine Lagarde. Pero también para la estrategia del Banco Central que, al igual que el conjunto de la UE, se enfrenta a una aguda crisis con una buena parte de la munición a su alcance gastada en combatir la provocada por la pandemia. Con el déficit y la deuda disparados tras esa batalla y escaso margen para impulsar la actividad con más gasto público, llegan tiempos de sacrificios. El BCE se compromete a «tomar las medidas necesarias» para salvaguardar la estabilidad de los precios, lo que sugiere avanzar hacia una normalización de la política monetaria y un alza de tipos que, aunque inevitable, es una pésima noticia para España por su gigantesco endeudamiento.

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larioja Punto de inflexión