Secciones
Servicios
Destacamos
Está muy bien la polémica con la sirena de El Espolón porque nos devuelve a nuestras pequeñas guerras de siempre, hermosas trincheras de portal, de calle y barrio que tanto hemos disfrutado. Qué maravilla volver al conflicto delicioso e invisible del vecino que te sonríe ... en el ascensor con total cordialidad –«¡Hombre qué tal, buenos días!»–, aunque sabes que no te soporta porque aparcas pisando su línea blanca en la plaza del garaje o porque no recoges cada día los folletos del buzón. La vida en los pueblos y ciudades está hecha de esos mimbres fabulosos; somos así. La pandemia convirtió a esta gente en inquisidores de balcón, Gestapo de mascarilla y denunciantes de todo. Durante meses se asomaban con las hoces y las antorchas dispuestos a descargar su frustración contra cualquiera que estuviera volviendo de sacar al perro un minuto más tarde del toque de queda. Saldremos mejores. Ya.
A mí me gusta que volvamos a este barrizal de la sirena, es síntoma de que va normalizándose todo, pero es que también me encanta su sonido y lo que significa. Yo tengo la vista inútil y el oído muy fino, me pasa como a Woody Allen en la película 'Manhattan' cuando se despierta en mitad de la noche preguntándole a su novia Tracy «¿Qué es eso?, ¿qué ruido es ese? ¿lo oyes? ¿de dónde sale? es como si alguien tocara la trompeta, como... como si un tipo estuviera serrando una trompeta por la mitad». Por eso entiendo al anónimo vecino desquiciado, porque yo me despierto con el suspiro de un ácaro y me desespero cuando el camión de la basura pasa haciendo su verbena de chirridos y explosiones, pero entiendo que la sirena es otra cosa.
Puede que la prohíban del todo o que acaben bajando tanto sus decibelios que la reduzcan a un ruido ridículo como de un globo perdiendo aire, no sé, pero cuesta desprenderse de toda esa clase de cosas invisibles que forman parte de nosotros, como oír por la radio 'gol en Las Gaunas', sentir el olor de la vendimia por las callejas del pueblo o escuchar cada mañana una sirena abriéndonos una puertita a la historia de otra ciudad y otro tiempo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.