Secciones
Servicios
Destacamos
Pues se acabó. Si la ciudad de Logroño tiene dos principales entradas desde el sur (Vara de Rey y Chile), una de ellas ya no existe. Y no volverá a la vida hasta dentro de diez meses, si es que todo va bien, que ya ... se sabe que estas obras las carga el diablo.
Un Rover de color blanco fue el último coche que atravesó la calle justo antes de que los operarios pusieran las barreras, poco después de la una de la tarde. Desde entonces esta parte de Logroño (pocas veces nos ponen una noticia tan a mano, la verdad) parece una isla en medio de la ciudad, donde reina tal silencio que se escuchan hasta los pajarillos.
Eso será antes de que empiecen las taladradoras y demás maquinarias pesadas a tirar túneles, puentes y lo que sea necesario. Ya nos acordaremos entonces del silencio de estos días, supongo: ganas me dan de iniciar una recogida de firmas para que todo se quede como está ahora mismo.
Pero en fin. En esos días del futuro, más cercano de lo que parece, a los logroñeses nos toca una prueba. Por un lado, al Ayuntamiento le corresponderá gestionar los previsibles quebrantos del tráfico. Pero me interesa más ver cómo pasamos el examen los propios logroñíes.
Por ahora todo es fácil. En pleno julio, sin coles a los que llevar a los niños y con la mitad del personal de vacaciones, parece sencillo. Pero cuando todo se pueble, las cosas se retuerzan y empiecen los atascos de verdad, habrá que ver. Habrá que ver paciencia, habrá que ver imaginación. Habrá que ver si realmente hace falta coger el coche para eso, habrá que ver si no hago antes con el autobús.
Y habrá que ver, en fin, si nuestros munícipes no aprovechan la circunstancia para coger el rabo por los cuernos y pegarle una repensadita a Vara de Rey. Yo, puestos a sugerir, me atrevería a proponer un bonito carril bici norte sur que empiece a vertebrar la ciudad para otro tipo de tráfico.
Tras años de experiencia, está claro que el ciclismo urbano de la ciudad no despega por sí solo. Será que los logroñeses tienen demasiado respeto, o será que las calles no son muy hospitalarias. Así que será bueno un empujoncito.
Sobre todo si, como sospecho, este corte de Vara de Rey acaba sugiriendo que quizá se puede circular de otro modo, y que quizá el coche no necesita tanto porcentaje de espacio público en una ciudad del siglo XXI. Esa sí es una prueba grande.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.