Borrar

No iba a ser fácil cumplir su último deseo. Hacía meses que se lo había prometido pero cada minuto, cada hora, cada día, cada noche, al atardecer o al alba, él dudaba. Ella estaba firme en su decisión, hacía tiempo que había hecho de la ... muerte su única esperanza. A él, la angustia le comía por dentro. Había aprendido a vivir entre dos zozobras. La que le devoraba cuando se sentía incapaz de cumplir la promesa y la que los gritos de dolor de María José le inoculaban en el recóndito lugar de la mente del que dicen que brota la piedad.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja La promesa