Profesionales y fariseos

Hoy es día abonado para que los fariseos echen horas. Fariseos de los que tanto oímos hablar cuando éramos españoles de bien a gusto de Rosa Díez e íbamos a misa de doce antes del vermú. Gentes muy alimentadas en una fe que aparentaban atender ... en todo su rigor y austeridad aunque, en realidad, la eludían en sus preceptos y, más que otra cosa, se pasaban por el arco el espíritu de su ley moral. Hipócritas al cabo. Herederos de semejante tribu que trajo por la calle de la amargura a san Pablo se mesarán hoy la barba con la sola noticia de que el Parlamento de La Rioja, por fin, va a dignificar y a poner en orden las cosas monetarias de sus ilustres miembros y miembras. En fin, que va a profesionalizar, sueldo de por medio, la labor de los diputados, cuestión de la que servidor se declara muy a favor. Ahora bien, el salario exige contraprestaciones tal que de horario, de dedicación y de capacidad incluso. Dignifiquemos la política, por supuesto, pero con todas las consecuencias.