A Julian Assange la justicia británica le ha traído un regalo de Reyes por adelantado: este lunes, Vanessa Baraitser, magistrada del Tribunal Penal Central de Londres, expuso que el cofundador de Wikileaks no deberá ser extraditado a Estados Unidos, donde sería juzgado por varios delitos ... contra la seguridad nacional, fraude y espionaje que le podrían acarrear una pena de hasta 175 años de prisión.

Publicidad

Los partidarios de Assange, que consideran esta sentencia una buena noticia para la libertad de prensa y el derecho a la información, lo han celebrado frente a la corte de Old Bailey; pero no han sido ni de lejos estas razones las que han movido a la jueza a fallar a favor del activista australiano. Assange se ha librado de la extradición porque la justicia -que será ciega, pero la cuarentena del coronavirus se la ha tragado como todos- ha considerado que las condiciones propias de un régimen de aislamiento en una cárcel norteamericana podrían dañar gravemente su salud mental, ya de por sí tendente a la depresión.

Assange, que llegó a estar siete años confinado en la embajada de Ecuador en el Reino Unido -ahora sabemos lo que se siente-, hizo alguna cosa más que bizcochos y yoga durante ese periodo. En concreto se hizo youtuber, y hasta grabó una colaboración musical con Calle 13; fue acusado por la justicia sueca de varios delitos de violación y abusos sexuales, cuya investigación fue posteriormente archivada; perdió la confianza del Gobierno ecuatoriano, que al cambiar de manos lo puso de patitas en la calle; y hasta le dio tiempo de tener dos hijos con su prometida y de posicionarse a favor de la independencia de Cataluña durante el 1-O. Eso es productividad y no el teletrabajo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad