Fin (de la primera parte)

En el pantano de la política, tiene toda la pinta de que la vida útil de Ciudadanos está llegando a su fin, porque a la sombra del descalabro en la Comunidad de Madrid, el ritmo del goteo de bajas en el partido naranja no ha dejado de crecer; y sucede otro tanto con la carrera política de Iglesias y Gabilondo, que ha finalizado abruptamente entre dimisiones sorpresa y cuadros arrítmicos. Cada quien es muy libre de determinar si estos finales le parecen buenas o malas noticias, pero coincidirán conmigo en que, lo que es en este momento, algunos finales nos vendrían regular. Pienso en los restos de ese cohete que, por lo visto, viaja sobre nuestras cabezas a miles de kilómetros por hora: ya sería mala baba que, ahora que empezamos a levantar cabeza después de un annus horribilis que se resiste a terminar, viniese un amasijo de chatarra sideral a aguarnos la fiesta.