Secciones
Servicios
Destacamos
En el Camino de la Magdalena, en la linde entre Logroño y Villamediana, hay un almendro retorcido de viejo, un árbol que parece dejado de Dios. Arrumbado a un lado del asfalto, y aunque parece más para astillas y lumbre que para otra función, ayer ... amaneció con flores. Otra vez las primeras flores de almendro en muchos kilómetros a la redonda. Blancas y leves como la nieve que hace unos días alicataba sus ramas, que parecen los dedos artríticos de un abuelo centenario. Nada distinto a lo de años anteriores que, sin embargo, me hizo olvidar un ratito la curva inexpugnable, la UCI saturada, los sanitarios rotos, la incapacidad de los que manejan el barco y la ira de quienes les gustaría gobernarlo, la sensatez de muchos, la irresponsabilidad de otros, los muertos... Hasta que advertí que me desperimetraba y tuve que girar sobre mis pasos hacia la realidad. No tiene más trascedencia, pero quería compartirlo por si les apetece un ratito de paz.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Cinco trucos para ahorrar en el supermercado
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.