Sin previo aviso
A LA ÚLTIMA ·
Este año ha desaparecido el chiringuito. Así, sin avisar. Qué mala educación. Como mínimo, debería de haberlo notificado a los veraneantes con quince días de antelaciónA LA ÚLTIMA ·
Este año ha desaparecido el chiringuito. Así, sin avisar. Qué mala educación. Como mínimo, debería de haberlo notificado a los veraneantes con quince días de antelaciónCada verano pasa lo mismo: el lugar de siempre ha dejado de ser el lugar de siempre. Es parecido, pero ya no es el mismo. La pescadería de la esquina ha echado la persiana, la vecina de abajo, la que montaba timbas de parchís hasta ... las dos de la mañana, se ha largado, y los chiquillos de enfrente han vuelto convertidos en dos señores con bigote. La vida se construye en torno a cosas y a personas que esperas encontrar en el mismo sitio en el que las dejaste. Por eso, al regresar y comprobar que no están, te das cuenta de que nada permanece. Bueno, casi nada: la celulitis ahí sigue. Haga lo que haga (dieta inhumana, ejercicio mortal, tratamientos estéticos que me dejan llena de moratones, ofrendas y oraciones a Nuestra Señora del Muslo Fino), nunca me falla. Juntas desde los doce años. Compañera del alma, compañera.
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Este año ha desaparecido el chiringuito. Así, sin avisar. Qué mala educación. Como mínimo, debería de haberlo notificado a los veraneantes con quince días de antelación. O mejor: haberlo sometido a referéndum. ¿Ha de cerrar el chiringuito o tiene que seguir abierto? Y, tras una campaña con su guerra tuitera, sus debates televisados y sus columnistas a favor y en contra, hacer una consulta pública. Tendría que haber tenido el detalle de preguntarlo. De hecho, servidora hubiera votado a favor de la permanencia, aunque comerse allí una ensaladilla rusa fuera como jugar a la ruleta ídem.
Las vacaciones también se van sin previo aviso. Y sin debate alguno, que es peor: no tienes la posibilidad de decidir si ya has tenido suficientes, o si te hace falta alguna semana más. Tú vuelves al curro, pero el verano sigue. Y dejas detrás un cielo luminoso y una playa que, ahora sí, es un paraíso.
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