La presión de ERC

La pandemia había aparcado otros conflictos como la situación en Cataluña, pero la transición hacia la 'nueva normalidad' ha resucitado las reclamaciones de los independentistas. Torra, que anunció elecciones empujado por Puigdemont, ya no parece tener prisa dado que el deterioro y la parálisis de la política catalana le favorecen electoralmente en las encuestas. Son ahora los republicanos, que pierden en los sondeos la ventaja que tenían respecto a los posconvergentes, los que quieren hacer valer sus votos.

Esquerra Republicana exige al Gobierno central que reactive la mesa de diálogo sobre la cuestión catalana antes del 15 de julio. Esa mesa de negociación fue el precio por su apoyo en la investidura de Sánchez y ahora lo es para votar a favor de los Presupuestos Generales del Estado para 2021. Y las Cuentas son indispensable para continuar la legislatura. Sin embargo, después del acercamiento del Gobierno a Ciudadanos, la fuerza de ERC ha menguado. Y aunque Sánchez ya ha dicho que está dispuesto a sentarse en julio, estas conversaciones probablemente serán como mucho un acto de precampaña electoral para los republicanos, sin contenido y con una fuerte carga de exhibicionismo.