PRESIDENTA CON POSIBLES

No tiene aún Andreu mucho de lo que vanagloriarse. Los primeros meses de un gobierno que viene después de 24 años de otro del signo opuesto han de ser necesariamente complicados. La tendencia a hablar de la herencia recibida es, por tanto, inevitable, y más para una gobernante que aún está comprobando que las voluntades del recién llegado casi siempre chocan con la lentitud de la maquinaria de la administración.

Veo buenas intenciones en este gobierno, apenas molestadas, por ahora, por el grano que supone esa consejería rellena de manchegos a la que le han dejado ese 0,45% del presupuesto para gestionar. Con el calamitoso estado del Podemos riojano (en realidad, inexistente por el momento), y con Izquierda Unida dispuesta a una conexión aparentemente sencilla, Andreu tiene un periodo de manos libres que haría bien en aprovechar, si es que puede.

Pero espero que el PSOE no gobierne otros 24 años. No porque sea el PSOE, ya se me entiende, sino porque, como estarán ahora mismo comprobando Andreu y sus huestes, todo lo que dura tanto tiempo acaba o en la corrupción o en el anquilosamiento.

Y tanto lo uno como lo otro resultan extremadamente difíciles de mover.