El periodo de escolarización es siempre un momento delicado para los padres. La elección del colegio en el que los niños cubrirán su primera etapa formativa –un momento decisivo en su educación– suele acarrear para muchas familias un estrés considerable. No se trata únicamente ... de elegir entre un colegio público u otro concertado; hay variables subjetivas y objetivas casi infinitas que intervienen en esa elección, en la que ni siquiera se garantiza que finalmente se obtenga plaza en la escuela de primera opción.

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Esta zozobra se repite curso tras curso, pero este año se ha agravado por el embate del coronavirus, el consiguiente retraso en la apertura del proceso de matrícula y la inquietud por no saber siquiera en qué condiciones comenzará el curso que viene. Aunque es cierto que el acuerdo programático firmado por el PSOE e IU preveía que, en caso de caída demográfica, el recorte de líneas se hiciera en la escuela concertada, da la impresión de que la decisión de la Consejería de Educación ha sido inoportuna y mal estudiada, como demuestran la rectificación de última hora sobre las líneas que iban a desaparecer y la suspensión cautelar que la Justicia acaba de dictar en el caso de los colegios Alcaste y Escolapias. Un proceso, en fin, que ha venido a añadir grandes dosis de confusión a la angustia de muchos padres.

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