POTENCIAR, PERO NO DEBILITAR

La política siempre ha visto en el deporte un escaparate y un caladero de votos. Para su ciudad o para su región. La Rioja no escapa a esa visión. Vistos los números, son respetables, como lo es apoyar a los deportes minoritarios. Todos las cifras se pueden justificar. Y más en política, si bien siempre surgen dudas.

Primero. No es aceptable dar dinero de todos a una entidad que no hace públicas sus cuentas. Hay clubes que las esconden; otros las comunican verbalmente; y otros las depositan en el órgano adecuado. Transparencia. Palabra muy utilizada, pero puesta en práctica escasamente. Mejor, por escrito.

Segundo. Potenciar deportes minoritarios no debe significar financiarlos casi en su totalidad, porque se corre el riesgo de no buscar otras fuentes de ingresos. Cierto es que es complicado encontrar patrocinadores, pero estamos ya en una época en la que una firma comercial no soporta un porcentaje alto del presupuesto... salvo si es pública. Estamos en la época de micropatrocinadores.

Tercero. Fortalecer al minoritario no conlleva 'olvidar' al fuerte. El dinero público también es una inversión. Pruebas como La Rioja Bike Race o el Pádel World Tour son vistas así y así se justifican los euros. Se invierte para que la región tenga un retorno económico.

El fútbol siempre será diferente, pero también es verdad que por cada euro que se invierte en él, es el deporte que lo devuelve con un mayor dividendo. Y seguramente, los políticos lo saben, pero no lo llevan a efecto porque, precisamente, son políticos. Su reto es quedar con todos bien, si es posible. Y de la misma forma que es alabable que potencien el deporte minoritario, se equivocan poniendo continuas trabas al crecimiento del fútbol profesional. Y lo están haciendo. Eso sí, serán asiduos al palco cuando llegue el éxito. Aun así, inviertan en deporte.