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Aviso: esta columna puede herir su sexibilidad (o, a lo mejor, excitársela).

Verán, a mí la Fiscala Generala del Estado, doña Dolores Delgado, Lola para los amigos, me pone. Aunque la memoria ciudadana ande bastante flácida –lo que aprovecha este inicuo gobierno para metérnosla doblada ... con la tranquilidad que proporciona la infalible «regla de los tres días» que dura cada escandalito–, recordarán que siendo esta señora fiscala en la Audiencia de Madrid, compartió mesa con el comisario Villarejo en una marisquería donde, entre coquina y almeja, celebró la vía vaginal como método para obtener información de políticos y empresarios a través de una empresa de 'modelos' («éxito asegurado», celebró la magistrada); mostró su preferencia por los tribunales formados por hombres («de tías no quiero»), y calificó al juez Marlaska de «maricón» y a otro «tío» que había llegado a la Audiencia de «nenaza».

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larioja Posturas y postureos