LA POLI DE TODOS

Pues bien, la Policía Local de Logroño ha conseguido, lo dicho, magia: cobrar las horas extra sin hacerlas. La palabra mágica que han agitado para obrar el prodigio ha sido «disponibilidad». O sea, si usted es policía local, se puede apuntar en una lista declarando que está usted dispuesto a hacer horas extra. Y por estar apuntado en ese papel, recibirá a fin de mes la bonita cantidad de 184 euros, HAGA O NO HAGA HORAS EXTRA. Luego, si además las hace, las cobrará a su precio estipulado.

En enero, en la lista de «disponibilidad» estaban apuntados 221 policías, y 106 de ellos no hicieron ni una hora extra. Pero cobraron sus 184 euros: algo más de 19.000 euros pagamos en horas que nunca se trabajaron. En febrero, de 215 policías «en lista», 90 no hicieron ni un minuto extra. Pero también cobraron.

Dice el Ayuntamiento que este acuerdo nos beneficia a los ciudadanos. Y yo, la verdad, me pregunto cómo: tener más policías en la calle en momentos puntuales es una necesidad. Pagarles más por ello, una obligación. Pero pagarles por no hacerlo es algo que escapa a mis entendederas.

Hace unos años, las horas extra nos costaban a los logroñeses entre 20.000 y 40.000 euros, según el mes. Ahora, la cosa ha subido hasta 75.000 euros. Y no es que me sorprenda, porque es un esquema habitual: la Policía Local presiona, el Ayuntamiento cede, nosotros pagamos. Y olé.