Secciones
Servicios
Destacamos
Andan las naciones más avanzadas del mundo, es decir, las que procuran imprimir un ritmo lo más frenético posible a las vidas de sus ciudadanos, ocupadas en las respuestas que van a dar a la cuarta revolución industrial que se nos echa encima. Y sus ... dirigentes, entre los cuales no se cuenta ningún político español (parece mentira, con el pote que se dan algunos-as según mi sobrina la pequeña), consiguen atemorizar a jóvenes y menos jóvenes. Algunos conocidos míos que me pasan unos cuantos años afirman, mientras les preparan una excursión en el Hogar de Jubilados, que estos adelantos se comentaban ya en tiempo de los faraones, cuando comenzaron a descubrirse nuevas armas que, por lo mortíferas, iban a acabar con las guerras, inteligente entretenimiento humano que perdura aún hoy en variados países más o menos lejanos del nuestro. Por eso los míticos líderes egipcios inventaron las pirámides para tener a sus súbditos ocupados durante siglos. De paso, en vez de levantar catedrales góticas dedicadas al Dios considerado verdadero por estos lares, ellos mismos se erigieron en dioses falsos que presidían templos y monumentos con tumbas sagradas elaboradas nada más con piedras, con lo cual no podían arder. Para que aprendan, por ejemplo, los de París, por nombrar a uno de nuestros pueblos más civilizados y renombrados actualmente a causa de sus chalecos.
Hasta que lleguen esos tiempos temibles en los que se nos prometen tantas y tan interesantes aventuras en nuestra vida diaria, se nos ofrecen, por otra parte, propuestas con una pinta sumamente atractiva y con probabilidades de asegurar una existencia segura y feliz. Por ejemplo, una de esas proposiciones ha recabado recientemente la atención de variados medios de comunicación: la posibilidad de rastrear la genealogía de las personas a partir de los rastros de ADN que la saliva humana ha depositado en los sellos de correos de las cartas o en cualquier otro medio para pegar este tipo de documentos. Si usted tiene la suerte de, al menos, sospechar que desciende de algún antepasado estupendamente adinerado que fue expulsado de su familia por cualquier causa considerada injusta, en el caso de que conserve alguna misiva del excluido de su parentela, preséntela ante la Justicia como si del mismísimo tesoro de Montecristo se tratara y ríase del futuro que le depare la cuarta revolución industrial: ustedes dos poseen el mismo ADN; escribiendo en plata, ya tiene la vida solucionada.
Así que ánimo, que la vida está llena de oportunidades; solo hace falta buscarlas. Y, si algún día me ve usted por la calle y le ha salido bien lo de la saliva, agradézcamelo invitándome a un vino de rioja. Me gusta el del año.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.