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Aquel sapo nuevo llegó a la comarca de las ranas y las revolucionó con su palabrería y su música barata, y de momento todo era diversión. Pero el sapo fue inflándose e inflándose con los halagos y con el público que acudía a escuchar sus ... charadas y palabras con un ritmo desbaratado y diferente de las sinfonías melodiosas, y entonces las croadoras lo encontraron tan fácil, tan subversivo, tan ellas que cuanto decía se convertía en su credo, sin pararse a pensar en ello. Así, el nuevo batracio fue hinchándose de ego y comenzó a soliviantar al vulgo y a hacer apología de varias causas injustificables. Como supondrás, querido lector, la organización que mantenía la paz y las leyes en el territorio ranil condenó esa actitud y la actividad que producía desorden y violencia entre la población.

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larioja El poder de la palabra