El PSOE y Unidas Podemos forman la primera coalición de la democracia, un Gobierno en el que ha habido roces desde el primer momento para que los actores pudieran mantener sus respectivas personalidades, basadas en ideologías no muy alejadas pero significativamente diferentes. Y resulta hasta ... cierto punto sorprendente que una vez retirado Pablo Iglesias de la política, cuando la legislatura parecía ya encarrilada, la formación morada se plante ahora ante la elaboración de los Presupuestos para exigir contrapartidas a cambio de su apoyo. De entrada, el que Podemos ponga condiciones para apoyar al Gobierno del que forma parte es ya en sí mismo una contradicción porque la alternativa sería una convocatoria de elecciones. Pero, además, la principal demanda que expresó ayer Ione Belarra, secretaria general de Podemos y ministra de Sánchez, la reforma fiscal, está en el programa de la coalición y en las intenciones de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, quien sin embargo he explicado por activa y por pasiva que la reforma fiscal se incluirá en los presupuestos de 2023 para que este año las cuentas públicas sean sobre todo expansivas, aceleren la recuperación y creen la mayor cantidad de empleo posible.

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