PLANO A PLANO

Un didáctico homenaje compendio de las virtudes técnicas y artísticas de Hitchcock a la altura de una minuciosa clase maestra de cómo convertir un típico momento de thriller horror en un despiadado asesinato antológico filmado con planos desde los ángulos más atrevidos y que reformuló el crimen como una performance original y desgarradora. Efectos sonoros y la música de Bernard Hermann hicieron el resto.

Un filme que comienza con la recreación de la célebre llegada del personaje femenino al motel de Bates para seguidamente mostrar la virulencia y agonía del hecho fíllmico sustanciado. El impacto emocional fue tremendo y su segmentación incontestable.

Pero resulta más clarificador y potencialmente más incisivo cuando este instante es analizado por una serie de conocidos profesionales del gremio que actúan como espectadores que valoran no sólo el golpe que recibieron cuando la vieron sino la trascendencia de su portentoso montaje.

Son muchos los invitados a comentar y segmentar la escena, desde la propia Jamie Lee Curtis, pasando por Elijah Wood o Guillermo del Toro. Pero conviene detenerse y apreciar los aportes llenos de curiosas anécdotas, entre ellas, de la modelo que hizo de doble de cuerpo de Janet Leigh y, sobre todo, de gente como Peter Bogdanovich o Walter Murch que ofrecen un recital de sabiduría y enseñanza.

Durante cinco proyecciones hemos visto mucho talento y un estilo afilado. Ahora toca descomponer una pieza de setenta y ocho segundos completados con 52 planos para armar una película amena y descubridora de detalles fascinantes.