Planificación

Por tal razón pasamos revisión a labores: Viticultura.- Hay periodos consolidados por los siglos. Vendimia en octubre, espergura de 15 de mayo a 15 de junio y poda en enero-febrero.

La vertiente fitopatológica de la viticultura obliga a observar las viñas y la meteorología y a actuar en cualquier época que suele ser infrecuente de octubre a marzo.

¿Quién marca, entonces, los tiempos en bodega? Hay dos épocas: 1) El vino joven tinto y 2) los trasiegos en la crianza. El vino tinto del año generalmente de maceración carbónica obliga a no salir al campo donde la vendimia hasta el 1 de diciembre. En ese periodo hay que atender a la fermentación general. Concluida esta los vinos que van a ser de crianza harán la maloláctica. Pero el tinto del año será sometido, hasta el 1 de diciembre a maloláctica, estabilización ante bitartratos y embotellado para ponerlo en el mercado para la demanda de Navidad.

Sobre los trasiegos de barrica a barrica, en el proceso de crianza, no debe seguirse una regla cronológica rigurosa. Hay que atenerse a la sanidad del vino.

Normalmente ponemos el vino en la barrica con 35 mg. de sulfuroso libre. Después, en la barrica, este nivel de sulfuroso cae, poco a poco. Aconsejamos trasegar a otras barricas cuando el sulfuroso libre ha caído a 15 mg/l. Sobre el tiempo de esta caída no podemos precisar nada pues, en función del vino, de las barricas y de la climatización de la nave de crianza puede ocurrir en tres o en seis meses. Estimamos que nunca debe estar el vino más de seis meses sin trasegar.