El planeta de las tías

En una primera fase del nuevo régimen la Ley de Reciprocidad Histórica obligó a los tíos a ocuparse de las tareas domésticas y la consiguiente pandemia de suicidios entre los condenados a quitar el polvo, lavar, cocinar, planchar, cuidar a los niños o a la abuela y comprar diezmó en pocos años la población masculina.

Más tarde, la Ley de Reproducción sin Sexo prohibió la cópula hererosexual por ser el principal instrumento de dominación fálica. Los hombres fueron expulsados poco a poco de la sociedad y los supervivientes acabaron recluidos en granjas productoras de espermatozoides genéticamente clasificados y congelados para garantizar la continuidad de la civilización femenina al ser obligatorio el aborto de embriones masculinos. En solo tres generaciones, el cromosoma Y fue borrado del mapa genético humano. Con el tiempo, la clonación sistemática de hembras permitió destruir las reservas de esperma y el género masculino quedó erradicado por completo en el planeta.

La Ley de Limpieza de Género, finalmente, eliminó de la memoria cultural cualquier aportación masculina a la civilización universal. Se prohibió la difusión de vida, obra e iconografía de los protagonistas de la Historia y sólo se salvaron las referencias a las mujeres más eximias y decisivas en el progreso de la Humanidad, reunidas en un archivo de unos 24 kB que todas llevan implantado en el putamen*.

Pero en 2175 una cápsula espacial tripulada por tres astronautos se estrella en una era de la España vacía tras darse una vuelta por la Vía Láctea a la velocidad de la luz durante un año que por tema de relatividad fue un siglo. Tras varios días errando bajo un sol abrasador son apresados por una patrulla de Femisapiens (robots feminoides) que reciben la orden de castrarlos para empezar a hablar. Pero cuando ven a tres tíos cachas sudorosos medio en bolas se les saltan los plomos y se lanzan a por ellos con otras intenciones. La tensión alcanza extrema dureza cuando una robota le hurga en el taparrabos al comandante y éste exclama furioso: ¡Quita tus patas articuladas de encima, ciberzorra asquerosa! (Continuará).

*Estructura cerebral involucrada en la percepción del asco y el sentimiento de odio.