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El fútbol es cicatero y generoso. Sucesivamente y en ese orden. Como un mago que con un mano te birla el pañuelo y con la otra te saca una moneda de detrás de la oreja. O el abuelo que hace rabiar al chaval antes de ... soltarle la paga. Como la vida. Eso es, como la vida. No hay recompensa sin sufrimiento. Como lo que se coció entre el sábado y domingo en La Rosaleda.

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larioja De Pita a Miño