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No sé si ayer quedaría alguien al vermú en El Cortijo. En la plaza del Ayuntamiento de Moneo, a mediodía, se contaban más individuos que los 224 censados en el barrio. Lo de quedarse sin piscina es su Fuenteovejuna. Y «sin piscina, la Mari está ... que trina» un fantástico eslogan de campaña. Si «el humor es el instinto de tomarse el dolor a broma», como dejó escrito Max Eastman, es que a los mochuelos les ha dolido como pillarse con la tapa del piano que les tomen de nuevo por el pito del sereno. A tanto dolor, tanto humor. Entienden mal que se justifique la clausura de su piscina en mayor beneficio de la buena salud del erario municipal. 44.000 euros detalló el edil del ramo. Le parece poco que se bañen 45 personas al mismo concejal que anuncia la reapertura de una sala de musculación para 15. La liga del músculo abdominal contra el michelín la Mari. Y luego preguntarán quien se cargó al comendador. Pues Fuenteovejuna, señor.

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larioja La piscina de la Mari